TIENEN EL CUELLO LARGO, MAL CARACTER Y ODIAN A LOS TURISTAS
Asia siempre ha sido una cantera de mutantes y personajes con características físicas muy peculiares, en esta oportunidad un reportaje emitido por la National Geographic nos presenta a las mal llamadas ‘mujeres jirafa’ de Birmania. Estas mujeres viven alejadas de la sociedad y son miembros de la tribu Kayan. Los Kayan son una tribu de Birmania compuesta por poco más de 7.000 miembros. Debido a la guerra, muchos de ellos se refugiaron en Tailandia. A las mujeres de esta minoría étnica se les conoce popularmente como "mujeres jirafa", debido a los collares que se colocan alrededor del cuello desde muy jóvenes, estos collares les permiten alargar el cuello de formas totalmente desproporcionadas.
NO CUALQUIERA ES UNA MUJER JIRAFA
No todas las mujeres de la tribu son las que consiguen ser ‘mujer jirafa’, solo las que nacen los miércoles de luna llena son dignas de este honor. Para estas jóvenes ser seleccionadas es toda una honra pues son admiradas por el resto de la tribu. Desde temprana edad se les empieza a colocar los aros a su cuello, hechos de alambre de bronce. Los alambres se los van incorporando conforme van transcurriendo los años y así los llevaran toda su vida, ya que si se desprendieran de ellos morirían desnucadas por la flacidez de los músculos del cuello al no soportar el peso de la cabeza.
Una mujer kayan llegó a ponerse 27 collares, una marca todavía inigualada, que pesaba unos nueve kilos y que estiraba su cuello unos diez centímetros. En un artículo de National Geographic, publicado en 1979, se mostraba la radiografía de una mujer kayan, en la que se apreciaba que los collares no aumentaban la separación entre las vértebras del cuello, sino que oprimía hacia abajo la clavícula y la cavidad de las costillas, creando así el efecto de un cuello muy estirado
REPORTERO CONVIVE CON LAS MUJERES JIRAFA
El reportero de la National Geographic, Michael McGregor, nos narra su experiencia con la tribu ‘kayan’ y las ‘mujeres jirafas’:
“Después de fallar en multiple intentos, llegó a mis oídos que un grupo de ‘mujeres jirafa’ se habían instalado en una aldea de Tailandia, cerca de la frontera. Me dirigí a la provincia de Mae Hong Sohng y permanecí tres días en la aldea. Los agentes de viajes de Tailandia ya habían comenzado a organizar excursiones a la aldea de las mujeres jirafa de Birmania. Incluso los mismos kayan reconocían el potencial comercial de esta nueva tribu de las montañas.
Muy pronto comenzaron a llegar grupos de turistas. Los gruesos collares que emplean las mujeres kayan para estirarse el cuello eran los causantes de tanto interés. Los turistas se peleaban por hacerles fotos y un guía karenni respondía a las típicas preguntas de los curiosos. Era obvio que los guías adornaban la historia de los collares para fomentar el interés de los visitantes.”
SON EXPLOTADAS POR EL GOBIERNO
“Si bien era una gran ocasión para fotografiarlas -las cuatro mujeres del campamento estaban más que dispuestas a continuar con sus quehaceres diarios mientras los intrusos sacaban foto tras foto-, la aldea no era lo que se dice tradicional, según los propios criterios de los kayan; el hecho de que las mujeres llevaran relojes de pulsera y pañuelos de colores brillantes junto con sus trajes tradicionales era clara prueba de que se trataba de un montaje” dijo McGregor.
“Yo visité la aldea en tres ocasiones, y cada vez permanecí varios días. Con cada visita poco a poco se iban rompiendo las barreras a las que se enfrentaba el típico turista, y con el tiempo llegué a sentir que las sonrisas de estas mujeres eran sinceras. Ninguno de los kayan exiliados en Tailandia habla inglés, de modo que toda la información sobre ellos, así como su historia, proviene de los guías nombrados por el Gobierno karenni. Por consiguiente, escuché distintas interpretaciones de la historia de los kayan y de la tradición de los collares.”
“Para empezar, me aclararon que las mujeres no comenzaron a llevar sus típicos collares para protegerse de los ataques de los tigres, lo que parece lógico, ya que los tigres suelen lanzarse al cuello de sus víctimas, y los propios sacerdotes me confirmaron que se han producido casos de mujeres muertas tras ser atacadas por tigres mientras recolectaban leña en el bosque. Por otro lado, tampoco habían escuchado nunca la historia de que empleaban los collares para evitar ser esclavizadas por los asaltantes birmanos, ya que, su gran peso, les impide realizar tareas pesadas, lo que reduce su valor como esclavas. Los sacerdotes italianos me aseguraron que, pese a sus adornos, las mujeres kayan eran muy trabajadoras. “
Que el gobierno explote a esta tribu para generar turismo, demuestra que los valores de nuestra sociedad están en plena decadencia, símbolo de que debemos cambiar nuestra forma de pensar y actuar porque siguiendo con esta actitud solo nos acercamos cada vez mas a la corrupción total de nuestro mundo. ¡El Fin esta Cerca! Preparaos!
NO CUALQUIERA ES UNA MUJER JIRAFA
No todas las mujeres de la tribu son las que consiguen ser ‘mujer jirafa’, solo las que nacen los miércoles de luna llena son dignas de este honor. Para estas jóvenes ser seleccionadas es toda una honra pues son admiradas por el resto de la tribu. Desde temprana edad se les empieza a colocar los aros a su cuello, hechos de alambre de bronce. Los alambres se los van incorporando conforme van transcurriendo los años y así los llevaran toda su vida, ya que si se desprendieran de ellos morirían desnucadas por la flacidez de los músculos del cuello al no soportar el peso de la cabeza.
Una mujer kayan llegó a ponerse 27 collares, una marca todavía inigualada, que pesaba unos nueve kilos y que estiraba su cuello unos diez centímetros. En un artículo de National Geographic, publicado en 1979, se mostraba la radiografía de una mujer kayan, en la que se apreciaba que los collares no aumentaban la separación entre las vértebras del cuello, sino que oprimía hacia abajo la clavícula y la cavidad de las costillas, creando así el efecto de un cuello muy estirado
REPORTERO CONVIVE CON LAS MUJERES JIRAFA
El reportero de la National Geographic, Michael McGregor, nos narra su experiencia con la tribu ‘kayan’ y las ‘mujeres jirafas’:
“Después de fallar en multiple intentos, llegó a mis oídos que un grupo de ‘mujeres jirafa’ se habían instalado en una aldea de Tailandia, cerca de la frontera. Me dirigí a la provincia de Mae Hong Sohng y permanecí tres días en la aldea. Los agentes de viajes de Tailandia ya habían comenzado a organizar excursiones a la aldea de las mujeres jirafa de Birmania. Incluso los mismos kayan reconocían el potencial comercial de esta nueva tribu de las montañas.
Muy pronto comenzaron a llegar grupos de turistas. Los gruesos collares que emplean las mujeres kayan para estirarse el cuello eran los causantes de tanto interés. Los turistas se peleaban por hacerles fotos y un guía karenni respondía a las típicas preguntas de los curiosos. Era obvio que los guías adornaban la historia de los collares para fomentar el interés de los visitantes.”
SON EXPLOTADAS POR EL GOBIERNO
“Si bien era una gran ocasión para fotografiarlas -las cuatro mujeres del campamento estaban más que dispuestas a continuar con sus quehaceres diarios mientras los intrusos sacaban foto tras foto-, la aldea no era lo que se dice tradicional, según los propios criterios de los kayan; el hecho de que las mujeres llevaran relojes de pulsera y pañuelos de colores brillantes junto con sus trajes tradicionales era clara prueba de que se trataba de un montaje” dijo McGregor.
“Yo visité la aldea en tres ocasiones, y cada vez permanecí varios días. Con cada visita poco a poco se iban rompiendo las barreras a las que se enfrentaba el típico turista, y con el tiempo llegué a sentir que las sonrisas de estas mujeres eran sinceras. Ninguno de los kayan exiliados en Tailandia habla inglés, de modo que toda la información sobre ellos, así como su historia, proviene de los guías nombrados por el Gobierno karenni. Por consiguiente, escuché distintas interpretaciones de la historia de los kayan y de la tradición de los collares.”
“Para empezar, me aclararon que las mujeres no comenzaron a llevar sus típicos collares para protegerse de los ataques de los tigres, lo que parece lógico, ya que los tigres suelen lanzarse al cuello de sus víctimas, y los propios sacerdotes me confirmaron que se han producido casos de mujeres muertas tras ser atacadas por tigres mientras recolectaban leña en el bosque. Por otro lado, tampoco habían escuchado nunca la historia de que empleaban los collares para evitar ser esclavizadas por los asaltantes birmanos, ya que, su gran peso, les impide realizar tareas pesadas, lo que reduce su valor como esclavas. Los sacerdotes italianos me aseguraron que, pese a sus adornos, las mujeres kayan eran muy trabajadoras. “
Que el gobierno explote a esta tribu para generar turismo, demuestra que los valores de nuestra sociedad están en plena decadencia, símbolo de que debemos cambiar nuestra forma de pensar y actuar porque siguiendo con esta actitud solo nos acercamos cada vez mas a la corrupción total de nuestro mundo. ¡El Fin esta Cerca! Preparaos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario